Auriga empresa especializada en soluciones tecnológicas para la industria de la banca omnicanal y de pagos, ha recopilado las cinco tendencias que veremos en 2022 en el sector de los servicios financieros. Niccolò Garzelli, Senior Vice President Sales de Auriga, descubre cuáles son:
Tendencias
- Acceso al efectivo: Los clientes deberán tener derecho a pagar usando el método de su elección. Las empresas que no acepten pagos en efectivo no estarán poniendo por delante a sus clientes. Ya estamos viendo una resistencia cada vez mayor de los consumidores ante estas actitudes y un número creciente de bancos que promueve el uso de efectivo.
- Pagos sin contacto: El contactless se ha hecho realidad. Por su comodidad, ya es el método de pago preferido de muchas personas. Siempre que esté regulado, y que existan garantías de buenas prácticas, será posible contener los riesgos y las posibilidades de fraude. Esperamos que continúe siendo habitual para pagos de valor más bajo y, por tanto, que no tenga un impacto significativo en la demanda de efectivo.
- #Nextgenbranch: Los bancos necesitan revisar por completo su estrategia en cuanto a las sucursales. Habrá una reducción de las inversiones inmobiliarias que debería estar acompañada por una inversión cada vez mayor en tecnología y automatización que les permita ofrecer un nuevo modelo de sucursal flexible tanto para los clientes corporativos como para los particulares.
- Banca virtual: Los bancos seguirán buscando la forma de ofrecer nuevos servicios de banca virtual directamente en los hogares de sus clientes, y al mismo tiempo tendrán que ofrecer el mismo nivel de servicio en sus propias sucursales para garantizar que todos sus clientes puedan acceder a servicios bancarios complejos en un entorno seguro.
- Renovación de las infraestructuras y agrupación de cajeros: Las infraestructuras antiguas y desactualizadas no son apropiadas para el nuevo modelo de sucursal automatizada (#Nextgenbranch) ni para las iniciativas de agrupación de cajeros. Los bancos solo podrán alcanzar la flexibilidad y la eficiencia que necesitan aprovechando al completo las posibilidades de las tecnologías más innovadoras. Cada vez son más las instituciones financieras que se están dando cuenta de ello y que se embarcan en estos procesos de modernización y optimización.