Uno de los pilares de la seguridad es el acceso controlado a viviendas y locales, y ahí es donde los cerrajeros de seguridad juegan un papel crucial. Sin embargo, en España, el 65% de los trabajos encomendados a cerrajeros son realizados por profesionales poco formados y empresas que no se dedican a la cerrajería.
Esta problemática ha impulsado al Ministerio de Educación y Formación Profesional a dar los primeros pasos hacia la formación profesional reglada de los cerrajeros de seguridad, en colaboración con la Unión Cerrajeros de Seguridad (UCES).
Formación profesional reglada de los cerrajeros
Después de años de esfuerzo por parte de UCES y la inclusión de los cerrajeros en la Ley de Seguridad Ciudadana en 2015, el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha dado un paso histórico hacia la regulación y formación de cerrajeros de seguridad en España.
El Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL) ha iniciado el proceso de creación de la cualificación profesional con unidades de competencia relacionadas con la cerrajería, que culminará en la creación de currículos de formación profesional y el otorgamiento del título de cerrajero de seguridad.
La creación de un Certificado de Profesionalidad en Cerrajería representa un gran avance para la profesión y la seguridad de los ciudadanos. Esto garantiza que los cerrajeros sigan un código deontológico, reciban formación continua, y apliquen protocolos que minimicen el impacto en las puertas en las que trabajan, proporcionando un servicio seguro y confiable.
«En un momento, como el actual, en el que faltan profesionales en muchos sectores, estos estudios de FP supondrían un buen aliciente para muchos y muchas jóvenes en un sector que demanda mejores profesionales, algo que redundará en la seguridad de los ciudadanos también», ha afirmado José Luis García de Vicuña, Presidente de UCES.
El valor de la formación profesional
La formación de los cerrajeros es de vital importancia en la sociedad actual, donde la seguridad y el acceso controlado a viviendas y locales son aspectos fundamentales. Un cerrajero bien formado no solo posee las habilidades técnicas necesarias para abrir o instalar cerraduras, sino que también comprende la importancia de la ética profesional, la seguridad del cliente y la protección de la propiedad. Esto significa que pueden garantizar la integridad de las cerraduras, minimizar el daño durante las intervenciones y brindar soluciones seguras y confiables a sus clientes.
Además, en un mundo cada vez más tecnológico, la formación de cerrajeros se vuelve aún más crucial, ya que deben estar actualizados con las últimas tecnologías de seguridad, desde sistemas electrónicos avanzados hasta cerraduras inteligentes. Un cerrajero bien formado es capaz de adaptarse a las cambiantes demandas del mercado y ofrecer soluciones de seguridad que se ajusten a las necesidades específicas de cada cliente. En resumen, la formación de los cerrajeros no solo garantiza servicios de calidad, sino que también contribuye significativamente a la seguridad y la tranquilidad de la sociedad en su conjunto.
