La actividad logística, más aún en su expansión actual, tiene un alto nivel de complejidad, con muy diversos procesos implicados y con unas altísimas exigencias de eficiencia y sobre todo de garantía sobre su continuidad. Por eso cuando hablamos de proteger la actividad logística no solo nos referimos a la seguridad en sus acepciones de safety y security. Es necesario ir más allá. Esto requiere a su vez una aproximación para ofrecer no solo tranquilidad a las personas y proteger instalaciones y bienes, sino también contribuir de manera directa al buen funcionamiento tanto del entorno laboral como de la cadena productiva.
Detectar y gestionar posibles riesgos
Un adecuado análisis de riesgos y necesidades en los entornos logísticos nos llevará en primer lugar a considerar la protección de las personas que trabajan allí detectando y gestionando posibles situaciones de riesgo.
¿A qué tipo de situaciones en concreto nos referimos? Son varios los ejemplos: trabajos en horarios nocturnos con poco personal tanto dentro como fuera de las instalaciones; actividades de mantenimiento que conllevan un posible riesgo; personal desplazado con trabajos en altura o en zonas con riesgo o incluso situaciones donde el trabajador podría ser atacado por un agresor. En este sentido, el sector ha evolucionado para ofrecer a sus clientes soluciones personalizadas a cada caso concreto.
Uno de los servicios más importantes dentro de esta tipología de actividad profesional es el servicio «loneworker«. Se trata de garantizar la protección de aquellas personas que desarrollan su trabajo tanto en solitario como en entornos de riesgo o aislados. Este servicio hace uso de dispositivos automáticos capaces de detectar posibles incidentes, para lo que monitoriza aspectos como la inactividad de una persona, una inclinación prolongada o posibles caídas. Además, los dispositivos de protección cuentan con audio manos libres con descuelgue automático para poder establecer contacto en caso de emergencia.
Gracias a la efectividad de este servicio es posible detectar al instante cuándo se ha producido un posible incidente, determinar el lugar y finalmente ofrecer una solución. Por este motivo, el elemento diferenciador es la monitorización y su respuesta inmediata. Cuando se recibe una alerta, deben aplicarse los protocolos establecidos para verificarla y poder proporcionar un servicio de respuesta eficiente que permita atender a la persona en el menor tiempo posible.
Garantizar la seguridad en centros logísticos
Otro servicio con enormes beneficios para la seguridad en un entorno como el de los centros logísticos es el que proporcionan los sistemas antiatropello, los cuales juegan un papel fundamental evitando accidentes en aquellos lugares en los que conviven máquinas y profesionales.
En línea con este ejercicio de previsión, el sistema advierte a los conductores de las carretillas cuando detecta una persona cercana. Para ello, los peatones deben llevar siempre llaveros electrónicos que emiten una señal alertando al conductor del riesgo de atropello. El sistema además es capaz de discriminar entre personas y objetos, e incluso detecta trabajadores situados detrás de obstáculos físicos.
Pero como decíamos en el inicio, la protección de un centro logístico no debe limitarse a las personas o las instalaciones, sino que debe abarcar también los procesos y su eficiencia. Es el caso de la trazabilidad de activos donde la integración de sistemas de videovigilancia con los propios de la actividad logística permite asociar las lecturas de códigos de la mercancía a las imágenes de las cámaras que registran la entrada y salida de una mercancía, mientras que en cintas trasportadoras con velocidad constante permite además identificar el recorrido realizado dentro de la instalación. Esto ayuda a resolver uno de los problemas principales de esta actividad, ya que de esa manera las compañías mantienen la prueba documental de cómo llegó, se gestionó y salió la mercancía de un cliente, así como el trato y gestión que se hizo de ella en los momentos clave, lo que permite acreditar su correcto procesamiento en tiempo y forma.
En definitiva, la tecnología, en sus distintas vertientes y aplicada siempre en soluciones personalizadas y adaptadas a las necesidades de cada instalación, es un aliado clave en la protección de personas, bienes y procesos en los centros logísticos.
