Txema Elizaran, Director General de AGA, y el resto del equipo directivo lo tienen claro, ya no se trata solo de mejorar algunos de los procesos clave en los que la empresa está inmersa; el enfoque no está en transformar el modelo, sino en cambiar la manera de entender la empresa y su relación con ella, desde el compromiso con el entorno social y medioambiental.
Atender a los clientes y garantizar la calidad
Con más de 60 años a las espaldas, AGA se ha convertido en todo un referente en el sector de la cerrajería, y desde sus comienzos su objetivo fundamental ha sido atender a los clientes desde la cercanía y asegurando siempre la calidad de los productos fabricados en la planta de Arrasate, Mondragón. Hoy, y de forma cada vez más importante, AGA también crece en el ámbito industrial, en concreto en el de alta seguridad y en el sector de la transformación de energía.
Los movimientos realizados a nivel nacional e internacional, con partners estratégicos en diferentes países, confirman el propósito de avanzar y llegar cada vez más lejos, presentándonos en el mercado como un proveedor global de soluciones en seguridad física.
Creciendo hacia el futuro: objetivos de sostenibilidad
Los procesos de fabricación y algunas de las rutinas que habitualmente nos acompañan en el día a día, han ido transformándose para adaptarse a nuevas normativas y a requisitos exigidos por los organismos europeos y también por algunos de nuestros más importantes clientes. Este es el motivo por el que la empresa AGA ha redefinido sus objetivos para este 2024 encaminándose así a mejorar la posición de la empresa en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Para cumplir con todas las propuestas, el programa de AGA se materializa con indicadores:
- Estabilidad laboral y Protección social. Se desarrollan políticas para incrementar la estabilidad de los empleados en temas como la conciliación, flexibilidad horaria, formación y la creación de espacios de escucha. También realizar actividades para la atención, cuidado y promoción de la salud de las personas de la organización dentro y fuera del entorno laboral («empresa saludable»).
- Igualdad. La formación es fundamental, tanto para concienciar como para prevenir la discriminación y el acoso. Se prepara un protocolo de gestión de conflictos, de discriminación y/o acoso. Se establece un canal y procedimiento para denunciar los casos que se produzcan.
- Gestión de residuos. Se pone en marcha un plan de recuperación, reciclaje y reducción de papel, cartón, plástico y metal. Se crea y difunde internamente un documento con recomendaciones para realizar este plan y conocer los objetivos establecidos para hacer partícipes a todos los empleados.
- Consumo de agua. Se mide y controla el uso del agua para los diferentes espacios y usos. Se establece un consumo de agua más responsable, con la idea de ajustarlo a la verdadera necesidad de la empresa.
- Huella de carbono. El primer paso para cumplir con este punto se procedió a la inscripción en el Registro Nacional de Huella de Carbono. Las acciones a realizar en este terreno son amplías y de alcance, comenzando por el desarrollo de un plan de movilidad sostenible y un análisis para medir el impacto real de la huella de carbono. A partir de los datos obtenidos, se trabaja en un plan específico para su reducción.
