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Protección contra incendios con aerosoles condensados

Por Antonio Sánchez de la Fuente. Comité de Sistemas Fijos. Tecnifuego

Desde la entrada en vigor del nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios (RIPCI) el pasado diciembre de 2017, la extinción por aerosoles condensados se encuentra dentro de las opciones para poder proteger un riesgo, al igual que lo son, entre otros, los sistemas por agentes gaseosos, gases inertes o agua nebulizada (que también es incluida por primera vez en el RIPCI).

aerosol

Así, el RIPCI introduce en España este tipo de sistemas dentro del marco reglamentario, aportando algo muy importante para el sector de la Protección Contra Incendios (PCI), un marco normativo en el que basarse a la hora de diseñar, calcular, instalar y certificar estos equipos.

Pero, ¿en qué consisten los aerosoles condensados? Estos equipos están formados por un compuesto sólido a base de sales que reacciona ante la acción de un actuador pirotécnico, eléctrico o térmico (en función del fabricante); de manera que se inicia una reacción en cadena exotérmica (se genera temperatura en su interior) que produce una descarga en forma de nube del aerosol, la cual está compuesta por elementos sólidos (del orden de μm) y gaseosos, cuyo tipo, tamaño y proporción varía en función de cada fabricante.

Una vez es descargado el aerosol dentro del espacio protegido, su método de funcionamiento se basa en detener la reacción en cadena del incendio. Así, los iones generados por el aerosol y distribuidos por la estancia, se unen a los radicales libres e inestables del fuego, volviéndolos elementos estables y apagando el incendio.

Antes de continuar, es importante tener presente que los sistemas de extinción de incendios por aerosol condensado son prestacionales, es decir, que su funcionamiento y características serán diferentes según cuál sea el fabricante de los equipos, presentando diferentes cualidades como por ejemplo temperaturas de descarga, tamaño de los equipos, cobertura, eficiencia (ratio sobre la cantidad de agente descargado), concentración de diseño e incluso, en algunos casos, clases de fuego a proteger.

Lea el artículo íntegro en Cuadernos de Seguridad 342

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