Para que la seguridad tenga un sentido y espacio en una compañía de distribución, lo más importante es que sea rentable y eficaz, sin incomodar a los clientes ni a los colaboradores de la propia empresa», asegura Óscar Olmos, responsable de Seguridad Patrimonial de Leroy Merlin España, quien desgrana en esta entrevista cómo han variado los riesgos en este tipo de establecimientos en los últimos años, así como el papel de la tecnología a la hora de mejorar y potenciar la seguridad.
—¿Qué dificultades plantea la instalación de medios y medidas de seguridad, teniendo en cuenta su singularidad, en establecimientos del tipo de los de Leroy Merlin?
—Como empresa de distribución, los riesgos son los mismos que para el resto de compañías del sector de la distribución, desde el gran tráfico de visitantes a nuestras tiendas, los diferentes tamaños de éstas (desde urbanas hasta más de ocho mil metros cuadrados de media), hasta las diferentes tipologías de productos de libre disponibilidad. Leroy Merlin trabaja constantemente para asegurar a diario que las personas, colaboradores y visitantes, estén seguras en su puesto de trabajo y en su visita a tienda, y encuentren los productos y servicios que buscan, sin que quepa margen de maniobra para los hurtadores oportunistas y las bandas organizadas, siempre respetando la mayor libertad de tránsito y accesibilidad a los productos para poder tocarlos, probarlos…y así acompañar una buena experiencia de compra y contribuyamos a la satisfacción del cliente.
—¿Cree que en los últimos años ha habido un cambio cultural en el sector de este tipo de establecimientos en lo relativo a la necesidad de protección y prevención?
—Sin lugar a dudas, por la evolución del comercio: por un lado está la necesidad de asegurar los resultados de las empresas, debido a la competitividad, cambios tecnológicos, márgenes comerciales, la forma de comprar… y, por otro, la necesidad de facilitar la disponibilidad de producto para el cliente y, a la vez, evitar el robo de bandas organizadas y el hurto ocasional.
Lea la entrevista íntegra en Cuadernos de Seguridad 341