Vivimos en los tiempos de la comunicación electrónica, donde el sector postal tradicional de cartas, tarjetas, notificaciones, publicidad y demás documentos impresos está en continuo retroceso. Sin embargo, esta realidad no ha afectado al sector de la mensajería y paquetería, que no hace más que crecer. Así lo reflejan los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que recogen un incremento de los ingresos del sector de un 5,7% hasta alcanzar los 2.765,9 millones en 2016.
Un incremento de la cifra de negocio que bebió del aumento en el número global de envíos efectuados, que alcanzó los 396,8 millones, un 18,1% más que en el año anterior. El 57% de esos envíos fueron gestionados por redes de transporte urgente de ámbito nacional, el 24% por el operador público y el 16,5% por integradores, según informa la CNMC.
Este positivo panorama está impulsado en gran medida por el auge del comercio online, por el que se realizaron 115,3 millones de transacciones en el primer trimestre de 2017, según el Panel de Hogares del Sector Postal, elaborado por la propia CNMC. El estudio constató que casi la mitad de los encuestados realizó alguna compra por internet. Estas operaciones supusieron la recepción de un paquete postal en más del 88% de los casos.
Para que todo este entramado funcione y las mercancías lleguen de forma correcta a su destinatario, ha de ponerse en marcha un proceso en el que la seguridad, una vez más, juega un papel determinante. Así lo resalta la opinión de los expertos consultados por CUADERNOS DE SEGURIDAD, responsables de seguridad de compañías punteras del sector que trazan las claves y los retos de una labor que arranca en las instalaciones de los centros de distribución donde se almacenan las mercancías, para cuya protección se cuentan con las últimas novedades en sistemas de control de accesos, CCTV, intrusión o protección contra incendios.
Lea el reportaje íntegro en CUADERNOS DE SEGURIDAD.