Pepe Cabello, Coach de emprendedores y ventas Conferencista Autor de libros sobre Ventas, Motivación y Liderazgo Networker Profesional.
Sinceramente, el ser humano no está diseñado para vivir en este caos. Somos seres increíbles, capaces de adaptarnos prácticamente a toda circunstancia, eso es cierto, pero nuestro diseño original no es apto para un mundo tan híper conectado y tan rápido.
En estos tiempos que vivimos, nuestro cerebro genera una media de sesenta mil pensamientos por día, ¿puedes imaginarte esto?. Un pensamiento cada segundo y medio, aproximadamente. Esto que parece una barbaridad y seguramente lo sea, es lo que puede procesar nuestro maravilloso cerebro. Una máquina capaz de adaptarse, de inventar y crear maravillas, pero simplemente no está diseñado para eso.
Es como tratar de llevar un coche utilitario a tres mil revoluciones por minuto. ¿Podría? Sí, pero no fue diseñado para eso, y antes o después quedará destrozado. Lo nuestro se llama estrés, distrés y ansiedad, ¿te suena?
Ya se que estarás pensando que no eres consciente de esos pensamientos y es porque nuestro cerebro los automatiza. Por eso es que todos sabemos que vivimos en eso que solemos llamar «piloto automático».
En realidad automatizamos procesos por adaptación biológica, es decir, aprendemos cosas de manera consciente, pero cuando ya nos salen bien o tenemos la seguridad de que podemos obtener un resultado predecible, automatizamos y «a otra cosa mariposa». Así incorporamos cientos de habilidades y capacidades a nuestra existencia. Nos gusta tener bajo control todo cuanto podamos, todas las preguntas posibles que pudiéramos hacernos, nos gusta tener ya las respuestas listas. Sencillamente somos adictos a las certezas.
Aunque te parezca increíble, el ser humano prefiere una certeza dramática antes que una incertidumbre que podría ser halagüeña. Cuando una familia tiene la desgracia de que un ser querido desaparece, les escuchamos decir algo que a priori parece inverosímil: «prefiero encontrar su cuerpo sin vida antes que vivir con esta incertidumbre».
La seguridad nos aleja de la creatividad y la incertidumbre genera miedo
Pero, ¿sabes dos cosas importantes? La seguridad nos aleja de la creatividad y la incertidumbre genera una emoción muy poderosa que llamamos miedo. Por lo cual, estamos perdidos si no enfrentamos la creatividad con consciencia y con ganas.
La creatividad, por definición es la capacidad de resolver un problema, o una ocurrencia original que se convierta en un producto valorado en un ámbito específico.
Lo que pasa es que la creatividad se mueve en el mundo de la incertidumbre, pero claro si la incertidumbre genera miedo… me surge una pregunta potente ¿Puedo desarrollar mi creatividad? Quédate tranquilo, la respuesta es sí. Pero necesitamos ponernos a trabajar en ello.
Una advertencia, quiero desmitificar algo que suelo escuchar por ahí: “esa persona es muy creativa”. Bueno, pues como bien decía el psicólogo y profesor de Harvard Howard Gardner, padre de las inteligencias múltiples, «no se puede ser creativo en todo». Las personas podemos ser creativas en áreas especificas de nuestra vida.
Les quiero contar un secreto: “Vivir bajo el yugo del miedo, te alejará de una de tus más grandes esencias… la creatividad.
Bloqueará en ti tus más puros instintos de generar opciones para lograr metas y objetivos en la vida y no te permitirá tener jamás la sensación de haber desarrollado un producto o un servicio digno de que alguien diga: guauuuu”.
La gente que vive queriendo tener todo bajo control (por cierto, primer síntoma del miedo) es como si vivieran desojando una margarita. Me quiere, no me quiere… tendré éxito, no tendré éxito, esto se venderá, esto no se venderá… y así van por la vida. Terminan concluyendo que todo es cuestión de suerte y sentenciando su vida con un “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
¿Te has parado a pensar bien lo que se dice en esta sentencia? Hagamos la frase al revés: “Prefiero no conocer nada nuevo que pueda ser muy bueno para mí y quiero quedarme con esto que es horrible, que no me gusta, pero que al menos lo conozco”
De veras, es muy fuerte, míralo así: “prefiero seguir comiendo pan duro y con moho, antes que un buen bocadillo de jamón de bellota con un chorreón de aceite de oliva”.
“Es que al menos, el pan duro sé a que sabe… el jamón de bellota no sé si me caerá bien”… en fin… una paradoja.
La creatividad es un estilo de vida, es renunciar a las certezas y atreverse a adentrarse en el maravilloso mundo de la incertidumbre.
Para eso, necesitamos desarrollar una confianza propia importante. Recuerda que “cuando un árbol se cae, el pájaro no tiene miedo, porque su seguridad no estaba puesta en la rama a la que estaba agarrado, si no en sus alas”
Quizá sea el tiempo de abrir nuestras alas y desarrollar nuestra creatividad. El mundo que acabamos de pisar, el futuro en el que ya estamos, requiere hombres y mujeres creativos. Capaces de desafiarse a sí mismos y mostrar sus talentos más ocultos. Sinceramente, no es justo que por tus miedos, el mundo se pierda la música que hay en tu interior.
Vivir en la creatividad, es vivir, no desojando una margarita, sino apostando por un trébol de cuatro hojas. Le he llamado “los cuatro pétalos de la creatividad”
Te los cuento en la segunda parte de esta artículo.
De momento te dejo con una reflexión, que está basada el título de uno de mis libros: ¿Y si fuera posible?… ¿qué soñarías?
Desarrolla tu potencial