La palabra biometría proviene de los elementos griegos bio que significa vida y metron que significa medida, definida por la RAE como el «estudio mensurativo o estadístico de los fenómenos o procesos biológicos».
En informática, esta terminología se refiere a aquellos aparatos electrónicos que miden las cualidades físicas de una determinada persona con el fin de comprobar su identidad. Por ejemplo, los rasgos faciales o las huellas dactilares en el caso de las cerraduras biométricas digitales.
Ahora bien, ¿cómo se emplea la biometría en los controles de acceso para reforzar la seguridad? La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) explica que las técnicas de proceso de datos biométricos se basan en recoger y procesar rasgos físicos, conductuales, fisiológicos o neuronales de las personas mediante el uso de sensores o dispositivos, creando firmas y/o patrones que posibilitan la identificación, seguimiento o perfilado de las personas.
«El desarrollo tecnológico biométrico sigue creciendo en estos últimos años» y, en términos generales, «se encuentra ya en un estado maduro», según destacan los investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid en su Informe sobre biometría, subrayando el creciente interés por «implementar sistemas biométricos globales para la seguridad».
Las cerraduras biométricas digitales
Las cerraduras biométricas digitales cuentan con un sensor con lector de huellas digitales que posteriormente convierte la huella en un complejo código que almacena en su memoria. Pero, ¿qué pasa si queremos que alguien entre a nuestra casa y no estamos nosotros? Pues bien, estas cerraduras también cuentan con la opción de insertar un código numérico de desbloqueo en caso de que esto fuese necesario.
INCIBE en su guía de tecnologías biométricas aplicadas a la ciberseguridad asegura que la huella dactilar es el rasgo biométrico más utilizado para el proceso de autenticación debido a su alta tasa de precisión y su facilidad de uso. Se trata de un sistema de control de acceso muy seguro por su tecnología, ya que cada persona es única y cuenta con rasgos únicos lo que garantizan niveles de seguridad muy elevados.
Beneficios de las cerraduras biométricas con huella dactilar
Las cerraduras biométricas cuentan con una serie de ventajas con respecto a las cerraduras tradicionales. La primera es que elimina la preocupación y el riesgo que supone perder u olvidar las llaves. Además, mediante la incorporación de formas avanzadas de acceso, el uso de dispositivos móviles o los mismos códigos numéricos, podemos darle acceso a una persona sin necesidad de ningún otro elemento.
Otro de los beneficios destacables que aportan las cerraduras biométricas digitales es la función de franja de tiempo. Mucho hostales y sitios de alojamiento temporal hacen uso de ellas para la entrada y salida de los huéspedes, así el propietario de la vivienda podrá establecer la franja de tiempo según los días que se hayan alquilado y denegar el acceso el día de su salida o cualquier otro.
Características y criterios de elección
Como ya hemos mencionado anteriormente, la seguridad es un elemento clave en las cerraduras biométricas de huella dactilar haciendo el acceso único. La instalación se realiza de forma rápida y fácil, un técnico evalúa la puerta y cambia la cerradura antigua por una biométrica.
Estas cerraduras son fiables a la hora de permitir el acceso y ante posibles allanamientos y robos. Debido a la calidad de los materiales con los que se fabrican, las cerraduras biométricas digitales cuentan con el componente de durabilidad por lo que se podrán emplear tanto en interiores como en exteriores.
Los expertos aseguran que existen una serie de criterios a la hora de seleccionar la mejor cerradura biométrica. Debemos atender a factores como la tecnología de cierre, el número de huellas que se puedan registrar (almacenamiento mínimo de 100 huellas únicas). Además, es importante valorar las conexiones a otros dispositivos de la casa y la duración de la batería y el consumo de energía.
