El día en que tu madre te pregunte sobre cómo mirar su correo electrónico desde el móvil o cómo comprar online una entrada de teatro, hay que empezar a tomarse muy en serio su seguridad frente al riesgo de fraude.
Las personas mayores son las más expuestas a los ciberataques y, durante su adaptación tecnológica, es necesario impulsar una alfabetización digital. Con la finalidad de ayudarte en esta tarea educativa, hoy te ofrecemos una guía práctica para promover la seguridad de nuestros mayores.
¿Qué es un fraude telefónico?
Estamos asistiendo al crecimiento exponencial del número de afectados por las estafas telefónicas, cuya finalidad es conseguir los datos de las víctimas para robar su dinero. Normalmente, se recibe una llamada de alguien haciéndose pasar por una entidad de confianza. En la mayoría de casos, el delincuente informará a la víctima de un riesgo inminente y de la necesidad de autorizar el acceso a sus datos.
Hace unos meses, el Ministerio de Sanidad detectó una campaña de llamadas fraudulentas que tenían como objetivo suplantar la identidad de la Oficina de Atención al Ciudadano del Ministerio. En esta estafa, los delincuentes se hacían pasar por los sanitarios y conseguían los datos personales de las víctimas, tales como nombres, correos electrónicos o números de teléfono.
En septiembre de 2022 se detectaron los casos del timo del botón rojo, con el que los llamantes se hacían pasar por un servicio de teleasistencia coordinado por el 112, para obtener los datos bancarios de las víctimas y formalizar un cobro mensual por el supuesto servicio.
Las estafas de phishing
Los estafadores no paran de inventar nuevas técnicas y, cada día más, crece el riesgo de sufrir un ciberataque por medio de enlaces. Los delincuentes suelen dirigirse a personas mayores porque son más influenciables, debido a factores como la soledad y el desconocimiento de las tecnologías.
Una de las modalidades de estafa más conocidas es el phishing, que consiste en una serie de técnicas a través de correos electrónicos enviados supuestamente desde nuestro banco u otra entidad de confianza. Al abrir el correo electrónico, la víctima encuentra un mensaje pensado para infundirle miedo e invitarle a actuar de inmediato. Al hacer clic en el enlace, se le envía a un sitio web donde se le pide que se registre. Si lo hace, la información llega al delincuente, que la utiliza para vender los datos personales o robar el dinero de su cuenta bancaria.
Prevenir el fraude a personas mayores
Por norma general, suele ser un fraude cualquier solicitud de información que llegue de forma poco habitual o segura, como pueden ser emails, sms o mensajes de WhatsApp. Para evitar las estafas, es importante asesorar a los mayores en su adaptación tecnológica, concienciando sobre la importancia de no facilitar sus datos personales.
Otro aspecto a tener en cuenta, es la importancia de evitar que la persona mayor se conecte a redes wifi públicas. Además, cuando el proveedor instale el router en casa, hay que solicitar que tenga el mejor cifrado posible en su red y es aconsejable modificar el nombre o la contraseña que viene por defecto.
¿Es seguro este sitio web? Es muy importante educar a que nuestros mayores que se hagan esta pregunta antes de acceder. La verificación de las páginas web es un aspecto fundamental a tener en cuenta para utilizar solo páginas seguras. Además, pueden aclarar sus dudas con el INCIBE, que pone a disposición un servicio de mensajería instantánea.
«Confiamos si nos viene bien y desconfiamos si creemos que podemos perder dinero», aconseja Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas. «Nadie está obligado a estar conectado con todo», destaca destaca Tejerina, subrayando el «derecho a proteger nuestra información».
