Sí, es todo correcto y no hay una errata en la fecha del titular. Las nuevas investigaciones de ciberseguridad están planteando escenarios futuros, hasta alcanzar el 2030.
Campañas de desinformación, el aumento del autoritarismo, la pérdida de privacidad, el uso inapropiado de la inteligencia artificial… Estos son algunos de los retos a los que tendrá que enfrentarse la ciberseguridad en los próximos años, según los datos publicados por la Agencia de Ciberseguridad de la Unión Europea (ENISA).
Identificación de las amenazas para la ciberseguridad
«Como dice el refrán, Más vale prevenir que curar», declara el Director Ejecutivo de ENISA, Juhan Lepassaar, evidenciando la necesidad de «tomar todas las medidas posibles para fortalecer nuestra resistencia y mejorar el panorama de la ciberseguridad en 2030».
Para prevenir incidencias futuras, ENISA ha identificado las principales amenazas para la ciberseguridad en 2030 como resultado de un proyecto de investigación de ocho meses, realizado con la colaboración de los miembros de CSIRTs y los analistas de CyCLONe.
Para identificar los ciberataques, los expertos recurrieron a la creación de prototipos de SFP en escenarios hipotéticos. La metodología de threatcasting se inspiró en la estrategia militar con técnicas de planificación de escenarios.
10 amenazas para la ciberseguridad en 2030
En la infografía de ENISA se propone una clasificación de estas 10 amenazas para la ciberseguridad en 2030:
- Compromiso de la cadena de suministro de las dependencias de software
- Campañas avanzadas de desinformación
- Aumento del autoritarismo de la vigilancia digital y pérdida de privacidad
- Errores humanos y sistemas heredados de los ecosistemas ciberfísicos
- Ataques a los datos de los dispositivos inteligentes
- Falta de análisis y control de las infraestructuras y objetos espaciales
- Aumento de las amenazas híbridas avanzadas
- Escasez de competencia
- Proveedores de servicios TIC transfronterizos como punto único de fallo
- Abuso de la inteligencia artificial
En el informe de ENISA se evalúan características ampliamente diversificadas entre las distintas amenazas y un uso masivo de las nuevas tecnologías. La dependencia de los recursos tecnológicos abrirá brechas de seguridad en 2030, con ataques dirigidos a los dispositivos y un empleo peligroso de la inteligencia artificial.
