Pedro Barceló. Graduado en Seguridad y Ciencias Policiales. Director de Seguridad de Club de Mar – Mallorca.
El 11 de septiembre de 2001, fatídica fecha para la humanidad, generó también un tsunami de concienciación en cuanto a la vulnerabilidad que sufrían el resto de naciones libres y democráticas, de la misma amenaza terrorista internacional, por muy alejadas que se encontraran de la zona 0. Las primeras medidas adoptadas de seguridad globalizada, las sufrimos de inmediato como viajeros, especial y lógicamente al subir a un avión, ya nada volvería a ser igual, y sabíamos o intuíamos que venían para quedarse “sine díe”, nuevos procedimientos y protocolos, que afectarían frontalmente a nuestra libertad en pro de la seguridad, una difícil ecuación para equilibrar ambas necesidades y que el resultado fuera efectivo y sin concesiones…una utopía.
Otra batería de importantes medidas, no fueron tan sonadas ni publicitadas, pues como siempre ocurre en ámbito de inteligencia, la tenacidad, la discreción, en definitiva, esa labor callada y profunda, da lógicamente mejores resultados, que finalmente se materializan en detenciones de activistas, retornados, apoyo logístico, señaladores, desmantelamiento de redes, reclutadores, lobos solitarios o cualquier esfera o nivel relacionado con las estructuras de las células terroristas.
Pero para luchar con verdadera eficacia contra una amenaza tan intangible, tienen que sumarse disciplinas asimétricas y multidisciplinares, que incluyan desde nuevos ordenamientos jurídicos “ad hoc”, dotar de herramientas para la eficaz lucha contra su financiación, la necesaria cooperación entre sus miembros, o hasta un tratamiento adecuado por los diversos medios de comunicación y su ciberespacio que también dominan en su propio beneficio, especialmente los grupos de corte islámico fundamentalista como medios de propaganda y captación de futuros “sahid”, bien sean mártires o combatientes.
Y nos centraremos en este artículo, en las nuevas medidas que a pesar de haberse anunciado y dado a conocer, para muchos han pasado desapercibidas o simplemente son desconocidas, aunque ya se hayan cumplidos veinte años desde su implantación. Me refiero concretamente a la red conocida como “ATLAS”.
Su nombre, viene claramente del atlante de la mitología griega, que sostiene el globo terráqueo, como un titán condenado por Zeus a cargar sobre sus hombros la bóveda celeste; son innumerables las pinturas y esculturas donde aparece representado y de hecho es la imagen elegida por el grupo ATLAS, sobre fondo de la bandera europea y su lema: “ALL TOGETHER TO PROTECT YOU”, TODOS JUNTOS PARA PROTEGERTE. Haciendo alusión a las naciones que forman la red para proteger a Europa, de este tipo de amenazas.
Y es que la vieja Europa, nunca estuvo exenta de terrorismo local, en conflictos territoriales y nacionalistas, especialmente entre las décadas de los años 70 y 90, llámese las Brigadas Rojas en Italia, el IRA en Irlanda, la ETA en nuestro país y Francia, o la RAF más conocida por los apellidos de sus dos dirigentes como la Baader-Meinhof, en Alemania, por nombrar las más significativas, con respecto a su cantidad de miembros (las Brigadas Rojas llegó a contar con cerca de medio millar de militantes), recursos. A modo de ejemplo y para dar cuenta de su dimensión real, el presupuesto anual con el que contaba el IRA en los años 80, rondaba los 30 millones de euros, recuento estimado por Malcolm Sutton, que registro durante casi veinte años los pormenores de la actuación y repercusión del IRA, que ha servido como memorial a los fallecidos y un tributo a los familiares y amigos de 3.532 personas asesinadas.
Para hacernos una idea, de que no era un terrorismo de baja intensidad por muy local que fuese, en su conjunto europeo, desde 1970 hasta 2015, se llevaron a cabo 24.000 actos terroristas y superándose los 19.000 fallecidos.
Concretamente en España, los fallecidos y heridos por terrorismo suman las 10.181 víctimas contabilizadas, a cargo de las diversas bandas y organizaciones que han actuado en nuestro territorio, siendo la ETA, con 853 víctimas reconocidas por nuestro Ministerio del Interior, la más activa en sus “ekintzas” o acciones, y la que más prolongó en el tiempo su criminal actividad, siendo realmente dramática la década de los años 80, conocidos como “los años del plomo”, por el elevado número de atentados con víctimas.
Pero… ¿Qué es ATLAS? ¿Quién lo compone? ¿Cuál es su propósito?
La red ATLAS, creada en el año 2001, tras los trágicos atentados sobre suelo norteamericano, agrupa a 35 unidades policiales especiales de intervención de 31 naciones europeas, con el objeto de combatir el terrorismo y el crimen organizado, sumándose a los 27 estados de la unión europea, los tres países asociados, como son Noruega, Suiza e Islandia, así como el Reino Unido.
Como no puede ser de otra manera, mantiene una estrecha relación con la Agencia de la Unión Europea para la Colaboración Policial, más conocida como EUROPOL, institucionalizándose de este modo también la cooperación judicial.
El secuestro del equipo olímpico israelí que participaba en las olimpiadas de Múnich en 1972, por parte de la organización terrorista palestina denominada “Septiembre Negro”, que concluyó con un trágico desenlace después de asesinar a dos atletas israelitas y tomar a otros nueve como rehenes, tras la operación policial, fallecieron once atletas y un policía alemán, así como cinco terrorista. Su reclamación era forzar al estado israelí, a la liberación de más de cien presos palestinos.
Resultó un punto de inflexión para la mayoría de naciones que carecían de unidades especializadas en la resolución de ese tipo de conflictos. Se asumió y evidenció, materializado en esa acción, que había que dar un paso más y crear unidades de intervención que pudieran dar una respuesta más eficaz a este tipo de acciones terroristas.
Dio origen a que en primer lugar Alemania, creara el Grenzschutzgruppe 9, conocido y reconocido por su prestigio a nivel mundial como GSG 9. Una unidad especial de intervención, muy formada, mejor preparada y bien equipada. Se abría un nuevo escenario de especialización policial, creándose a reglón seguido, diversas unidades por el resto de países, ante la evidente brecha de seguridad que suponía enfrentarse a grupos terroristas fuertemente armadas, con disponibilidad de ingentes recursos y muy organizados.
Los casos de nuestros vecinos portugueses, franceses, italianos y rumanos, son semejantes al nuestro al contar sus países con policía y, al mismo tiempo, con institutos armados de naturaleza militar como nuestra Guardia Civil, como son los gendarmes en Francia, carabineris en Italia, guarda nacional republicana en Portugal y gendarmería en Rumanía, por lo que aportan a la red Atlas, dos unidades por país.
Seguidamente se relacionan todas las unidades que forman ATLAS:
ARAS (LITUANIA); OMEGA (LETONIA); K-Commando (ESTONIA); BOA (POLONIA); GSPI (RUMANÍA); SIAS (RUMANÍA); SEP (SLOVENIA); LYNX (ESLOVAQUIA); CGSU (BÉLGICA); URNA (REPÚBLICA CHECA); DSI (PAÍSES BAJOS); TEK (HUNGRÍA); SOBT (BULGARIA); EMMAD (CHIPRE); SAG (MALTA); EKAM (GRECIA); EKO Cobra (AUSTRIA); SCO19 (REINO UNIDO); ERU (IRLANDA); UEI (ESPAÑA); GEO (ESPAÑA); GIGN (FRANCIA); RAID (FRANCIA); GIS (ITALIA);GIOE (PORTUGAL); GSG9 (ALEMANIA); SEK (ALEMANIA); NI (SUECIA); USP (LUXEMBURGO); AKS (DINAMARCA); ATU (CROACIA); DELTA (NORUEGA); KARHU (FINLANDIA); TIGRIS (SUIZA); VIKING SQUAD (ISLANDIA)
Por lo tanto el propósito principal de ATLAS es armonizar los estándares de todas las unidades antiterroristas europeas.
De esta forma comparten formación, entrenamiento, tecnología, foros, experiencia y tácticas que hacen homogénea su actuación conjunta, en cualquier escenario requerido, centrándose en temas especiales y creando una plataforma para el intercambio profesional y ejercicios conjuntos.
Para elevar el nivel de especialización, se crean cinco grupos de trabajo que se dedican particularmente a las siguientes áreas:
- Sobre ataques a
- Sobre ataques en el
- Relativo a los ataques aéreos.
- Relativo a los ataques a trenes y autobuses.
- Y contra las acciones marítimas.
Son notables los ejercicios, simposios, simulacros y jornadas en las que han puesto todo su potencial ya en escena.
A modo de ejemplo, haré referencia a los realizados en nuestro país, en el año 2011 en Palma de Mallorca, ejercicio denominado “Mare Nostrum Liberum”, en el que se planteaba una situación crítica en ambiente marítimo, consistente en la liberación de rehenes y la neutralización del grupo terrorista que se había apoderado de un buque en nuestras aguas. En el mismo, participaron las unidades pertenecientes al Grupo de Trabajo Naval (NWG) en el que está encuadrado la UEI de la Guardia Civil y compartió el escenario con el GSG 9 alemán, el NI sueco, el AKS danés el DSI holandés el DSU belga y el GIGN francés.
El pasado año, de nuevo se llevó acabo un ejercicio que consistía en simular un incidente armado con tomas de rehenes en el aeropuerto de Ciudad Real, en ésta ocasión liderado por el GEO y con la participación de la UEI y grupos tácticos de otros once países.
Y el próximo ejercicio táctico que se llevará a cabo en España, será el próximo otoño consistente en una toma de rehenes en una plataforma petrolífera a 25 millas de la costa de Tarragona, en el que volverá a actuar la UEI como unidad de élite que lidera el subgrupo Sur.
Sin salirnos del guion de lo que se pretende al crear ATLAS, con un propósito de actuación muy concreto, algunos pueden pensar…”Ni son todos los que están, ni están todos los que son”.
Cierto que la proliferación de unidades especializadas, aumentó considerablemente, después de que cada país fuera golpeado por su 11S, 11M, 7J y un innumerable rastro sangriento de fechas en el calendario particular de cada nación.
Considero oportuno también citar y reconocer el trabajo de otro grupo de unidades que aunque fuera de esta red, trabajan de manera eficaz por la seguridad de todos. Igualmente por lo tanto, afrontan misiones extremas, en nuestro ejército, por tierra, mar y aire son desplegadas en lugares difíciles de pronunciar, en donde entran en sigilo y salen sin publicidad, pero con la misión cumplida, con unidades que dependen del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MOE), como son el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC), la Fuerza de Guerra Naval especial (FGNE) y los Grupos de Operaciones Especiales (GOE).
Tanto en Policía Nacional, con unidades como los GOES o la UIP, como en la Guardia Civil con el GAR y el GRS, actúan también con eficacia quirúrgica dentro y fuera de nuestras fronteras. En ámbito autonómico, reseñar a BBT, encuadrado dentro de la Ertzainza, el GEI de los Mossos d´Esquadra o el GIE de la Policía Foral Navarra.
Quisiera para finalizar, rendir desde aquí un homenaje a todos los afectados por la sin razón terrorista, a los que conviven diariamente con el recuerdo de sus seres queridos a los que ya no pueden abrazar, sin olvidarlos jamás y manteniendo viva y presente su memoria.
Y muy especialmente con respeto y admiración, a los miembros de las dos unidades especiales de nuestro país, que también forman parte de ATLAS, que trabajando siempre de manera anónima, fallecieron durante el cumplimiento de su deber, como son D. Francisco Javier Torronteras Gadea, subinspector perteneciente al Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional, y a D. Pedro Alfonso Casado, teniente coronel jefe de la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil, al que tuve el honor de conocer.
Toda la sociedad debe sentirse agradecida de tener la fortuna de contar con hombres y mujeres dispuestos a sacrificar su valor más preciado, por el bien de los demás.
