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Sector educativo, el más golpeado por el ransomware en 2020

 Tras los ataques de ransomware que acaparan los titulares y que afectan al sector educativo, incluyendo el ataque de ransomware REvil a Kaseya que afectó a escuelas en todo el mundo, como por ejemplo en Nueva Zelanda, o los recientes ataques sufridos por varias universidades en España, Sophos, empresa referencia mundial en ciberseguridad de última generación, ha publicado los resultados del estudio “Sophos State of Ransomware in Education 2021”, que analiza el alcance e impacto del ransomware en instituciones educativas de todo el mundo durante el 2020, año de irrupción de la pandemia global. Los resultados de esta investigación, llevada a cabo entre casi 500 instituciones educativas a nivel mundial, confirman la particular vulnerabilidad a la que se enfrenta el sector y la implacable amenaza cibernética que supone el ransomware.

sector educativo, objeto de ransomware

Los principales resultados del estudio son:

-Nivel de ataques. El sector educativo, junto con el retail, se enfrentó al mayor nivel de ataques de ransomware durante el 2020, con un 44% de las instituciones atacadas (comparado con el 37% en el resto de los sectores).

-Coste del ataque. Para las instituciones educativas, el impacto financiero de los ataques de ransomware en 2020 fue demoledor. La factura total para rectificar un ataque de ransomware en el sector educativo, incluyendo el tiempo de inactividad, el tiempo del personal, el coste de los dispositivos, el coste de la red, la pérdida de oportunidades, el pago del rescate, etc. fue, de media, de 2,34 millones de euros, la cantidad más alta de entre todos los sectores encuestados y un 48% superior a la media global

-Cifrado de datos. En el sector educativo, los atacantes tienen una tasa de éxito ligeramente superior en el cifrado de datos, consiguiendo cifrarlos en más de la mitad de los ataques (58%) frente a la media mundial que se sitúa en el 54%.

-Detención del ataque. La educación se encuentra entre los sectores que están por debajo de la media a la hora de frenar los ataques: 37% frente al 39% de media. Esto se debe probablemente a la escasez de recursos de TI y a los presupuestos de seguridad y TI limitados en las instituciones educativas.

-Ataques extorsivos. El 5% de las instituciones educativas atacadas, afirmaron que sus datos no estaban cifrados, pero los atacantes exigían un rescate. Sophos ha observado un aumento en los ataques de tipo extorsivo, en los que, en lugar de cifrar los datos, los atacantes roban los datos y amenazan con publicarlos si no se paga el rescate, lo que supone un esfuerzo menor para los cibercriminales.

-Pago del rescate. El sector educativo es uno de los sectores más propensos a pagar el rescate. Más de un tercio (35%) de los que sufrieron el cifrado de sus datos cedieron a las exigencias de los atacantes y pagaron el rescate. Solo el sector de la energía, el petróleo/gas y los servicios públicos (43%) y la Administración local (42%) fueron más propensos a pagar el rescate.

-Coste del rescate. El pago medio del rescate fue de 96.238 euros, un coste por debajo de la media mundial en el resto de los sectores, que se sitúa en 145.856 euros.

-Recuperación de los datos. La buena noticia en el sector educativo es que el 98% de las instituciones cuyos datos fueron cifrados los recuperaron, algo más de un tercio (35%) pagando el rescate, un 55% utilizando copias de seguridad y un 8% mediante otros métodos.

-El futuro del sector educativo. De las instituciones que no fueron atacadas por ransomware el año pasado (el 55% de los encuestados), la mayoría (61%) espera ser objeto de ataques en el futuro. Las principales razones aducidas para ello son que los ciberataques son ahora tan sofisticados (46%) y frecuentes (42%) que son casi imposibles de detener.

“El sector de la educación ha sido durante mucho tiempo un objetivo atractivo para los ciberatacantes”, afirma Ricardo Maté, director de Sophos para el sur de Europa. “Los presupuestos para TI y ciberseguridad pueden ser muy ajustados, y los equipos de TI luchan por asegurar una infraestructura a menudo anticuada, con herramientas y recursos limitados. El comportamiento de riesgo por parte de los usuarios y/o estudiantes, como la descarga de software pirata, también aumenta la exposición a los ataques”.

«Todo esto supone un aumento en la exposición al riesgo en cualquier año, pero la pandemia sufrida en 2020 provocó que los centros educativos tuvieran que cambiar, con poca antelación, a entornos de aprendizaje virtuales, con muy poco tiempo para pensar en la seguridad o para proporcionar formación básica en ciberseguridad a todos los nuevos usuarios remotos. Esto aumentó significativamente la vulnerabilidad del sector y los ciberatacantes no tardaron en aprovechar la oportunidad, dejando a sus víctimas con el enorme golpe financiero de tener que reconstruir la infraestructura de TI desde cero”, añade Maté.

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