La Fundación ESYS ha presentado la sexta edición del Informe de la Seguridad en España, una visión de la seguridad desde la perspectiva de las empresas y la sociedad civil. El documento, que analiza la seguridad en España, se presenta en un momento especialmente relevante, ya que está en proceso la reforma de la Ley de Seguridad Nacional.
El estudio recopila datos y legislación referidos a la ciberseguridad, a la seguridad física, a la seguridad frente al terrorismo, a la seguridad del transporte por carretera, ferroviario, aéreo, marítimo y de la pesca, de los sectores del petróleo, del gas, de la energía eléctrica y de la nuclear, así como de la seguridad ante incendios, ante riesgos naturales y seguridad laboral.
En los 10 años de actividad de la Fundación ESYS, el mundo de la seguridad ha cambiado de manera radical. En los primeros informes realizados, la principal preocupación de las empresas y los ciudadanos en materia de seguridad se encontraba en torno a la seguridad física. Hoy, una década después, esta preocupación por la seguridad se ha hecho más compleja. Así como las empresas están trasformando su actividad hacia el mundo digital, la seguridad también está en transformación. La seguridad física ha ido perdiendo peso para dejar paso a la ciberseguridad como principal fuente de preocupaciones.
La principal conclusión que se desprende del informe 2020 es que las cifras, en general, van mejorando año tras año en España, salvo en ciberseguridad, debido al surgimiento y crecimiento de nuevas formas de ciberdelincuencia, cada vez más sofisticadas. Pese a la profusión reglamentaria europea y española en los últimos años, en 2019 hubo un gran incremento de los ataques cibernéticos: más de 200.000 fueron denunciados, de los que se esclarecieron el 14%.
La Fundación ESYS tiene como objetivo acompañar a las empresas ante los nuevos retos que afrontan en materia de seguridad. Su presidente Carlos López Blanco remarcó esta transformación: «ya no tiene sentido seguir hablando de la ciberseguridad como una parte del mundo de la seguridad. En la sociedad digital y digitalizada hacia la que nos encaminamos lo que hoy llamamos ciberseguridad se está convirtiendo en el núcleo esencia de la seguridad en la empresa, en un entorno cada vez más complejo tecnológicamente y con amenazas cada vez más sofisticadas».
Ciberseguridad
El notable crecimiento en todo el mundo de la utilización de las TIC conlleva un mayor crecimiento de los problemas de ciberseguridad. Más del 80% de las compañías y otras organizaciones han sufrido, al menos, un ciberataque con éxito. España no ha sido ajena a esta evolución y casi el 24% de las grandes empresas han sufrido algún ataque en el año 2019. También el 31,5% de los ciudadanos usuarios de Internet reconocen haber experimentado algún ataque.
Los incidentes de ciberseguridad son cada vez mayores y con repercusiones económicas muy elevadas. Los ciberataques han sido producidos, en su mayor parte, por Estados y grupos patrocinados por éstos, aunque en los últimos años se han incrementado los ataques con la única finalidad de extorsión económica. En 2019, además de acciones de espionaje y ciberguerra, se han identificado 70 países ejecutando campañas de manipulación. El resto de responsables de los ataques cibernéticos son los ciberdelincuentes y el personal interno de las organizaciones (insiders), que han producido en 2019 un aumento de los incidentes del 28% respecto al año anterior.
Por otra parte, los incidentes ocasionados a las empresas consideradas infraestructuras críticas crecieron un 13,3%. El 62,84% de los incidentes tuvo relación con “sistemas vulnerables”. Como en años anteriores, el sector más afectado en 2019 fue el tributario y financiero, presentando un crecimiento del 24,3%. Los siguientes más afectados fueron el de transporte y el de energía, con pequeños crecimientos del 2,60% y 1,34%, respectivamente, respecto a 2018.
Seguridad física y del transporte
En la misma línea de cambio, el informe refleja el incremento sustancial de los incidentes de seguridad ocasionados por nuevos elementos que no existían hace una década, como los drones, que han aumentado un 50% en un año. Se percibe también un descenso de la preocupación social sobre el terrorismo, que ha descendido de manera relevante en 2019.
Pese al ligero crecimiento de la tasa de criminalidad desde 2016, España ocupa la posición 22 (de los 27 de la Unión) en número de homicidios y la seguridad privada o tradicional en España sigue manteniéndose muy por debajo de la media europea, con 2,7 policías por cada vigilante en España frente a una ratio de 0,86 en Europa.
