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Las sanciones como herramienta de socialización

Alberto Sedeño. Criminólogo colegiado.Director de seguridad experto en Seguridad Transportes Públicos Ferroviarios.

En plena época de restricciones por la pandemia del coronavirus nos ha sorprendido el descubrimiento de fiestas ilegales pese a la situación que está viviendo nuestra sociedad. De todos estos comportamiento desviados, una de las que más destaca y ha indignado a los ciudadanos, es la que tuvo lugar en Llinars del Valles, Barcelona, en una nave abandonada y que denominan la Bòbila el ser la antigua sede de una fábrica de ladrillos.

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Una fiesta que fue interrumpida cuando solo llevaban cuarenta horas de fiesta, que era la mitad del tiempo que pretendía mantener el evento. Los asistentes hablan de más de cuatrocientas personas pudiendo llegar a rozar los mil en el momento álgido de la concentración. Reconociendo que ignoraron cuantas medidas sanitarias  seguían en vigor en pleno repunte de casos.

No entraré en la discusión sobre la intervención de las autoridades catalanas y las fuerzas y cuerpos de seguridad. Pero si trataré de dar una breve explicación de los elementos necesarios para mantener el orden dentro de  la sociedad.

En toda sociedad existe una serie de elementos que guían nuestro comportamiento, que los compartimos con el resto de miembros del grupo y que se integran en nuestra personalidad convirtiéndose en difícilmente cuestionables. Un apartado socialmente  importante es la cultura, que en nuestra sociedad está considerado como un sistema de símbolos o herramientas que nos proporciona la información necesaria para poder sobrevivir en la sociedad en la que vivimos. Entre todos los símbolos haré referencia a dos en concreto, los valores y las normas.

Los valores son las pautas morales abstractas que sirven a las personas como criterio evaluador de lo que está bien o está mal. Un ejemplo, con el que lo entenderemos rápidamente, lo encontramos en el esfuerzo, que en las sociedades occidentales está considerado como un valor muy apreciado. De ahí la creencia de que el trabajo duro supondrá una dignificación respecto al resto del grupo y una mejora de nuestra calidad de vida.

Por otro lado encontramos las normas, que son las reglas por las que se guía el comportamiento de una persona en la sociedad. Reflejan los valores de la cultura y pueden prohibir (proscriptivas) o animar a un determinado comportamiento (prescriptivas). Por ejemplo, no podemos dejar de pagar la cuenta en un restaurante o del taller mecánico, nos podrían denunciar y multarnos; por lo que en este caso estaríamos hablando de normas proscriptivas.

La forma  por la que aprendemos estas herramientas se denomina socialización y lo consideraremos como el proceso por el cual se aprende  la cultura de la sociedad de la que se forma parte y por el cual nos constituimos como seres sociales. En dicho proceso la intervención de otras personas es esencial, siendo la familia el agente socializador más importante.

Fiestas ilegales

Como hemos dicho, la socialización conlleva la interiorización de valores y de normas de cultura de referencia. Pero estas normas pueden ser transgredidas por lo que se entiende como conducta desviada  o la trasgresión de las normas culturales aprendidas durante la socialización. ¿La sociedad puede hacer algo cuando nos encontramos ante situaciones de comportamientos desviados o transgresiones de las normas aprendidas? ¿Existen herramientas que ayuden a la sociedad?

Ambas son preguntas que se responden con un sí. Cada sociedad desarrolla unos mecanismos de control para limitar esta desviación de las normas. Son maneras de dirigir o influir en el comportamiento de los miembros del grupo según las normas o valores generales. Mecanismos que evitan o intentan reducir los denominados free riders (personas que pretenden beneficiarse del producto de la interacción colectiva sin cooperar).

Siendo las normas jurídicas las que actúan para alterar están tendencia individual de maximizar el interés propio, delimitando los derechos y las obligaciones de sus destinatarios. La amenaza de sanción por el caso de incumplimiento de las acciones legalmente exigidas actúa modificando las preferencias individuales (cambiando la percepción de lo que es racional) con el fin de asegurar la consecución de objetivos colectivos.

Las normas jurídicas son la que identifican ciertas conductas como licitas o deseables, e ilícitas o indeseables. Función  que cumple la idea de control social en su dimensión regulativa que permite resaltar aquellos aspectos del derecho más relacionados con la represión y la supervisión de la dinámica social. Función regulativa que cumple dos aspectos. Un primer aspecto que consiste en regular el comportamiento de los ciudadanos, estableciendo reglas de conducta. Y un segundo aspecto que se refiere al control del poder público y, en particular, de la conducta de las autoridades.

Cada sociedad tiene la posibilidad de utilizar diferentes herramientas para socializar a sus ciudadanos. Destacaremos las técnicas de represión de los comportamientos que se concentran en los comportamientos socialmente indeseados y trata de impedir su realización. Utilizando la técnica represiva la expectativa es que las sanciones no se tengan que hacer efectivas, sino que la amenaza de su imposición (el temor a la aplicación de normas sancionadoras) sea suficiente para desincentivar las tendencias a la desviación del marco normativo existentes.

Podemos resumir indicando que la integración social de los individuos empieza con el proceso de socialización por medio de instituciones más básicas, como la familia o la escuela, donde se aprenden e internalizan una serie de pautas de comportamiento que se consideran socialmente correctas. Pero en sociedades de masas más complejas como las nuestras, estos mecanismos resultan insuficientes y son las normas jurídicas las que actúan como instancia formal para promover la cohesión social y comportamiento conforme a las normas preestablecidas. Normas que prevén sanciones y que obtienen un efecto preventivo al contribuir evitando que se realicen comportamientos indeseables con el hecho de que la sanción se considere lo bastante grave para abstenerse de realizar el comportamiento prohibido.

 

 

 

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