La progresiva recuperación de la actividad en el contexto de la pandemia supone que muchos negocios, especialmente en sectores como la hostelería, el retail o las oficinas, estén afrontando estos días una serie de retos de cara a su reapertura al público con las máximas garantías. Estos desafíos tienen que ver con medidas preventivas que eviten el contagio entre clientes y personal fomentando el cumplimiento del distanciamiento social.
En todo este proceso, las empresas de seguridad están jugando un papel activo, estratégico y fundamental, aportando soluciones efectivas en tiempo récord. En este sentido, Medora Miranda, directora de estrategia de producto de Securitas España, señala que “el principal reto es proporcionar un entorno seguro y que, tanto clientes como personal, tengan además ese sentimiento de seguridad que resulta fundamental para la recuperación de los negocios”.
Para alcanzar este objetivo, Miranda destaca cuatro propuestas de seguridad que las empresas deben tener en cuenta en su adaptación a la nueva realidad que plantea la COVID-19:
- Control de aforo o afluencia. Una de las claves de la desescalada está siendo la limitación de los aforos según se va permitiendo la apertura al público de establecimientos de todo tipo. Por tanto, una primera medida que cualquier negocio debe llevar a cabo es establecer los protocolos y medios tecnológicos que permitan saber en todo momento el número de personas que hay en un espacio determinado y actuar en caso necesario.
- Distanciamiento social. Otro punto fundamental durante toda la pandemia ha sido respetar la distancia social. Se prevé que esta medida se alargue en el tiempo puesto que es crucial para controlar el contagio del virus. En muchos casos, no es posible controlar de forma «manual» que se respete esa distancia, pero hoy en día existen soluciones tecnológicas que son capaces de detectar el espacio entre personas y que controlan y configuran avisos en el caso de que este no sea el adecuado.
- Medición de temperatura. La rápida detección de un posible contagio es fundamental para evitar la propagación del virus. Uno de los indicadores principales en el caso de la COVID-19 está siendo la medición de temperatura, por lo que muchos negocios la están instaurando como pauta imprescindible en el acceso a sus establecimientos. Una de las maneras más evolucionadas de realizar este control son las cámaras termográficas, que permiten detectar de manera autónoma la temperatura de una persona.
- Desinfección de espacios. La desinfección continua de los espacios que usen trabajadores y clientes es otro de los requisitos fundamentales. El gran reto es que la solución funcione contra el virus pero que sea inocua para las personas. En este sentido, existen y se están poniendo ya en marcha soluciones de purificación de aire y superficie autónomas basadas en tecnologías como el IoT.
A modo de recomendación, Miranda indica que cada negocio debe tener en cuenta sus necesidades concretas y reales a la hora de poner en marcha cualquier tipo de medida de seguridad.
En todo caso, siempre se han de valorar aspectos como la rapidez de la instalación; la correcta puesta a punto y calibración de los equipos; que el funcionamiento sea lo más autónomo posible; que no sea un obstáculo para el negocio y la operativa y que cumpla con las diferentes normativas referentes a la protección de datos o la salud.