Eduard Zamora Peral. Director y consultor de seguridad. Presidente de Security Forum
Desde que a finales de diciembre de 2019 se confirmó la existencia de personas afectadas por neumonías de origen desconocido en Wuhan (China), finalmente diagnosticadas como portadoras del denominado «Nuevo Coronavirus 2019-nCoV», ha habido una cascada de sucesos relacionados con esta infección, que enmarcada en un mundo cada vez más globalizado, ha provocado una afectación a las rutinas de vida, desplazamientos y trabajos de las empresas multinacionales y, por ende, a las funciones y responsabilidades de las Direcciones de Seguridad Corporativas, tengan o no delegadas estas funciones en otros ámbitos de sus empresas, como puede ser en muchos casos los departamentos de Prevención de Riesgos Laborales, en muchas ocasiones ubicados orgánicamente bajo el paraguas de Recursos Humanos.
Pero antes de profundizar en esas responsabilidades y en cómo se debieran coordinar las mismas, hagamos una breve exposición del riesgo ante el que nos encontramos y de la propia idiosincrasia del virus, que pese a que su mortalidad afecta básicamente a personas mayores o afectadas previamente de alguna enfermedad que debilite su sistema inmunitario, lo cierto es que, de manera acertada, se está haciendo un trabajo preventivo importante para evitar el contagio y la expansión por los cinco continentes.
El periodo de incubación del coronavirus es de 14 días y si a ello sumamos la notable expansión de la población china por todo el mundo, se motiva que el riesgo de contagio en una multitud de países sea muy alto, especialmente si atendemos a que la reciente celebración del Año Nuevo Chino provoca un altísimo índice de desplazamientos de la población china que visita a a sus familiares en sus ciudades de origen, en esta festividad.
El regreso a los países de residencia conlleva un elevado riesgo de diseminación de casos puntuales que, de no controlarse correctamente en sus puntos de destino, dado el alto nivel de contagio del virus, amenazan con una más que probable extensión de la infección por muchos países, muy alejados del foco inicial en China, incluida España.
Coronavirus: Medidas de prevención sanitarias
Las medidas de prevención que nos facilitan las autoridades sanitarias son de los más genéricas (lavarse las manos con frecuencia, tapar boca y nariz al estornudar, utilizar guantes desechables en registros e inspecciones, uso de mascarillas especialmente en instalaciones frecuentadas por pasajeros provenientes de países con afectación, mantener distancia con personas que parezcan presentar síntomas compatibles con la afectación, comunicar casos sospechosos, etc.).
Todas ellas, por genéricas, no pueden por sí mismas anular posibles contagios. Se hacen precisas medidas más profundas y efectivas, como la suspensión de viajes a zonas de riesgo o desde ellas, la cuarentena de todo viajero proveniente de países de riesgo, etc.
Y es aquí donde retomamos el comentario que dejé a medias en el primer apartado de este artículo, en donde trataba de las responsabilidades dentro de las empresas en la contención de la expansión de los posibles contagios y las medidas organizativas y preventivas aplicables a cada una.
En muchas entidades se evidencia falta, o insuficiencia de políticas efectivas de protección de empleados, expatriados o que viajan puntualmente, en casos como estos. En otras, que pese a disponer de unas buenas medidas no se dan las mejores prácticas de coordinación entre los diversos ámbitos afectados dentro de la propia entidad.
Que las empresas especializadas en estas ayudas y asesoramiento van a hacer su agosto es indudable, como ocurre siempre que se evidencia cualquier situación de crisis grave, con la prestación de servicios, consultoría o asesoramiento en seguridad.
Pero ello no es criticable si todos actúan con profesionalidad y sin alarmismos o medidas extremas que pudieran pecar a todas luces de innecesarias.
Mejorar la gestión de los riesgos
Querría ahora centrar mis comentarios en cómo el coronavirus habrá enseñado a mejorar la gestión de estos riesgos en las grandes empresas, las de mayor globalización y dispersión de centros de trabajo o empleados por diversos países del mundo.
Para ver el artículo completo pincha aquí