Adrián Gómez, presidente de Tecnifuego, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios.
Si hace tan solo unas semanas (enero 2020), veíamos como riesgos para la economía española el entorno de desaceleración económica de la Unión Europea y las tensiones políticas en el mundo, ahora tenemos que añadir una pandemia que a cada minuto que pasa agrava la situación: el coronavirus. En este sentido, el sector industrial está expuesto al contexto internacional más que otros sectores, y si hace unos meses los indicadores apuntaban a una ralentización de la actividad de fábrica, que iban en la línea de desaceleración en el crecimiento para 2020, ahora la situación parece complicarse cada día más.
Como parte del sector industrial, el de seguridad contra incendios en España se está viendo afectado por la grave crisis del COVID-19, coronavirus. Aunque para hacer la valoración definitiva habrá que esperar un tiempo, en estos momentos ya se está notando de manera directa, así lo indica el cierre de fábricas españolas en China o la falta de abastecimiento de ciertos materiales y productos fabricados en este país, originario de la crisis. Igualmente, las bajas por enfermedad, la cancelación de viajes y eventos comerciales repercutirán en la cuenta final de balance de las empresas.
El Ibex 35, el mayor indicador de la economía española, se ha desplomado un 14,45% (12 de marzo) la mayor caída de la historia, y por supuesto está «contagiando» al resto de los sectores productivos españoles. En esta situación de incertidumbre -siempre enemiga de los mercados-, se observa el peligro económico que plantea la expansión del virus.
Las cuarentenas, paradas de la producción, interrupción de suministros o restricciones al transporte conllevan un alto coste económico para las empresas. Además, China es la fábrica del mundo, también del mundo de la seguridad, y el impacto económico de la epidemia es global, con un impacto a escala internacional.
Esperamos que las medidas económicas de urgencia que está anunciando el Gobierno sean suficientes para paliar los efectos del coronavirus en las empresas. Es un momento crítico en el que el sector necesita todo el apoyo, tanto fiscal como en las partidas de la Seguridad Social para hacer frente a las bajas laborales por contingencia sanitaria.
Igualmente, es necesario revisar las medidas paliativas ante el parón productivo de los equipos y productos que vienen del exterior, y no solo a través de financiación, moratorias de cotizaciones o aplazamiento del pago de impuestos, sino trasladando recursos públicos para hacer frente a la crisis.
Ante un panorama preocupante, debemos recordar que el mantenimiento de las instalaciones de protección contra incendios (PCI) debe ser realizado siempre por empresas especializadas y homologadas, que cumplan los requisitos señalados en la reglamentación (Reglamento de instalaciones de protección contra incendios R.D. 513/2017).
Por ello, y en estos momentos de crisis por una pandemia global, la del COVID 19, como Asociación que representa a las empresas del sector de seguridad contra incendios, velaremos por la profesión y la seguridad de personas y bienes, porque en definitiva somos especialistas, y sabemos lo que representa el buen hacer profesional.