Monitorizar el tráfico de la ciudad, garantizar la seguridad, el clima o la contaminación en las urbes a través de un enjambre de drones que repliquen el comportamiento social de los pájaros.
Es la iniciativa, bajo el nombre SwarmCity, de un grupo de investigadores del Centro de Automática y Robótica de la Universidad Politécnica de Madrid y el CSIC que estudia la viabilidad del proyecto y sus aplicaciones. Los primeros pasos se han dado en un simulador de la ciudad de Madrid estableciendo modelos de tráfico, patrones, peatones, clima y contaminación basados en datos reales de la ciudad.
Si pensamos en este proyecto como un grupo de cámaras sobrevolando la ciudad, son muchas las aplicaciones que se pueden hacer en diferentes ámbitos, incluido el sector de la seguridad. La vigilancia de aglomeraciones, el control de las manifestaciones o incluir esta iniciativa en la estrategia de seguridad de grandes eventos deportivos o culturales… son algunas de las implementaciones que se puede hacer de este proyecto, como bien explica Juan Jesús Roldán Gómez, investigador de la UPM y miembro del equipo de SwarmCity.
Aunque, como bien prevé Roldán, «hay que tener presentes ciertos problemas relacionados con la seguridad, minimizar la posibilidad de accidentes y los riesgos para los peatones y la privacidad de tal manera que se evite que este sistema se utilice para recopilar datos privados o coartar las libertades de las ciudades«.
La vigilancia de seguridad en infraestructuras críticas, inspección de instalaciones industriales o energéticas, e incluso la monitorización de los montes para detectar incendios son otras de las aplicaciones de estos enjambres de drones fuera de las ciudades y dedicados a garantizar la seguridad.
Los objetivos del innovador proyecto SwarmCity
«Controlar un dron es complicado, pero un enjambre de drones es todo un desafío, ya que requiere que sus acciones sean precisas y estén muy coordinadas» dice Roldán. A partir de estos retos y desafíos se desarrolla este interesante proyecto con el fin de desarrollar comportamientos que permitan a cada dron hacer una determinada acción pero, a su vez, sepa coordinarse con los demás.
Roldan asegura que esta recopilación de información tiene un reverso negativo, pese a la gran utilidad de estos datos almacenados por cada dron. «Una buena parte de estos datos pueden tener errores, estar repetidos o no ser revolantes» explica. Por lo que otro de los objetivos de los investigadores es tratar de reducir el número de datos de forma que se filtre aquellos más relevante.
Supervisar el estado de la ciudad y detectar eventos es otro de los objetivos importantes. Para ello, los investigadores plantean introducir al operador en la ciudad utilizando la realidad virtual así puede moverse libremente por la ciudad, estudiar la información recogida por el enjambre y enviar comandos a los drones.
La naturaleza utilizada como patrón
Un recurso habitual en robótica es utilizar patrones que se dan en la naturaleza para replicarlos a través de la tecnología. SwarmCity no es ajeno a esto ya que es un proyecto inspirado en la naturaleza para diseñar los robots y programar su compartimiento.
Roldan Gómez explica «en nuestro caso, el desafío de hacer que robots que individualmente son ‘limitados’ colectivamente actúen de forma inteligente y esto lo vimos en los pájaros, capaces de volar manteniendo una formación, un rumbo y una velocidad, o las hormigas, que dejan rastros para que sus compañeras sepan por donde han pasado«.
Los drones son capaces de distribuirse por toda la ciudad. Cuando dos drones se acercan mucho, un comportamiento les empuja a separarse, cubriendo más áreas para tomar medidas, y viceversa, provocando que este en comunicación entre ellos de forma constante, detalla el investigador del proyecto.
Estos drones también pueden usarse para otro tipo de cuestiones como búsqueda de plazas de aparcamiento, limpieza de calles, recogidas de basuras, planificaciones urbanas…En definitiva es un proyecto muy versátil y útil para mejorar la vida de la población.
