En los últimos años la sociedad ha tomado cada vez más conciencia de la importancia de eliminar barreras arquitectónicas que dificultan el tránsito a las personas con discapacidad. Esto se ha visto implementado por gobiernos y administraciones locales que están legislando a favor de los mal llamados minusválidos.
Además de en calles y vía pública, en empresas y otros espacios privados ya es común ver que los diseños arquitectónicos apuestan por la inclusión de los discapacitados y esto hace que la sociedad sea mejor en todos sus aspectos.
Observamos rampas que suprimen bordillos, paredes coloridas y elementos sonoros que ayudan a personas con discapacidades visuales o pavimentos lisos que evitan que una silla de ruedas tenga dificultades en su trazada. Además de todo ello están las puertas de acceso a edificios, que tienden cada vez más a ser automáticas.
Pero, ¿cuáles son las puertas automáticas para discapacitados que son más usadas y más comunes? La clave de este diseño de producto está en las medidas como la anchura, la disposición y el material de los accesos. A continuación se detallan dos ejemplos de puertas de carácter automático
Puertas correderas estándar
Gracias este tipo de puerta, los discapacitados no deben realizar ninguna acción por la que deban detener su paso para cruzar el umbral. Gracias a sus sensores de aproximación, el tránsito de las personas será fluido y sin necesidad de parar para empujar la manilla.
Puertas correderas telescópicas
Con este producto el usuario con capacidades o habilidades diferentes no tendrá impedimento alguno para acceder a un edificio o salir de él. Su sistema de detección hace que cuando nota movimiento, la puerta se abre automáticamente.
En ambos casos podremos encontrar apertura central o lateral, según la instalación decidida por el diseñador o la empresa en la que esté ubicada la puerta. La anchura y las dimensiones de las hojas se puede adaptar, siguiendo la normativa, a las necesidades del edificio o el arquitecto que desarrolle el proyecto.
Puertas del baño para discapacitados
Con la implementación de la domótica en las viviendas particulares es ya habitual ver cómo también los accesos son automáticos. Ya sea el garaje, el portal o las puertas de los cuartos de baño o aseos.
Cuando un arquitecto diseña una vivienda con sistema domótico ya valora el incluir puertas automáticas en los baños, sobre todo si en la familia que va a habitar esa casa hay una persona con discapacidad. Ya contará con hacer de más anchura los pasillos entre habitaciones y trabajará para ver qué posibilidad existe de instalar estos accesos automáticos a espacios más privados como el WC.
En este aspecto no basta con acudir a cualquier punto de venta o proveedor y solicitar la instalación. Es preciso realizar una buena elección que aporte las mejores medidas de seguridad y la más óptima atención al cliente antes, durante y después del proceso de venta.
Por Manusa