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La prueba del ventilador de puerta (Door Fan Test) en el nuevo RIPCI

Por Miguel Vidueira. Director técnico. Grupo Cepreven

La prueba del ventilador de puerta, o tal como se la denomina en el mercado anglosajón «Door Fan Test» es un método eficaz y sencillo de determinar la estanquidad de un recinto en el que se pretende realizar una extinción por gas.

Door Fan Test

Como es sabido, para que una extinción por gas sea eficaz, es preciso alcanzar una concentración mínima, denominada concentración de extinción, que normalmente es incrementada en un porcentaje del 30% para conferir un coeficiente de seguridad, alcanzando así lo que se denomina concentración de diseño.

Estas concentraciones se dan normalmente en volumen, y existe una equivalencia directa entre la concentración y la cantidad de agente extintor a descargar por m3 de volumen a proteger (dependiente de la temperatura y presión ambiente esperable en la sala). De esta manera se puede asegurar que la descarga de una determinada cantidad de agente extintor en un recinto, calculada para alcanzar la concentración necesaria, produce la extinción del incendio.

Ahora bien, una vez que se ha producido la descarga, las diferentes normas aplicables (todas las de la serie UNE-EN 15004 para distintos agentes químicos e inertes, así como Cepreven RT4-CO2 y NFPA 12 en el caso del CO2) requieren que al cabo de 10 minutos se mantenga una concentración mínima de agente extintor en el interior del recinto. El motivo es sencillo: en determinadas circunstancias, y especialmente en incendios de materiales sólidos que pueden dar lugar a fuegos que generen brasa, puede producirse una reignición de los materiales que estaban ardiendo.

Door Fan Test

Esa reignición es más probable cuanto mayor es la temperatura en el recinto y en el producto involucrado, por lo cual para minimizar este riesgo se requiere mantener una concentración mínima a los 10 minutos. Sin embargo, los gases utilizados en la extinción tienden a fugar por los resquicios y aberturas de los recintos protegidos. Para un mismo grado de aberturas, la tasa de fuga es tanto mayor cuanto mayor es la densidad del agente extintor que se está utilizando. Hay que tener en cuenta que distintos agentes químicos y mezclas de gases que están siendo utilizados en extinción presentan densidades notablemente superiores a las del aire, lo cual incrementa la tasa de fuga.

Para evaluar la estanquidad de un recinto existen dos alternativas posibles. La primera es realizar una descarga real del sistema, y medir la evolución de la concentración en el recinto a lo largo del tiempo, a diferentes alturas. Es un método que, si bien es el más realista, implica toda la problemática y costes de realizar una descarga real. La segunda es realizar la anteriormente mencionada prueba de Door Fan Test (DFT).

La prueba DFT

La prueba DFT consiste en la instalación de un ventilador en una de las puertas de acceso al recinto. El ventilador se coloca en dos posiciones, tanto impulsando aire al interior del recinto (y por tanto sobrepresurizándolo) como extrayendo aire (y por tanto generando una depresión). Esto se realiza para diferentes presiones de forma que se obtenga un resultado más afinado. Se leen las diferencias de presión entre el interior y el exterior de la sala protegida, y conociendo también el caudal impulsado/extraído, se determina la superficie de aberturas que presenta el recinto. A su vez, conocidas las propiedades del agente extintor (su densidad) y la cantidad a descargar, es posible determinar el tiempo de permanencia esperable.

En nuestra experiencia en la auditoría de instalaciones de extinción por gas hemos encontrado numerosos casos de sistemas instalados en recintos que no han sido sometidos a ninguna prueba para medir la estanquidad, y que por consiguiente no son confiables a la hora de establecer su eficacia ante el incendio.

De hecho, hemos participado en la investigación de algún caso en el que el sistema de extinción por gas se ha descargado ante un incendio, y sin embargo se ha producido la reignición al no contar el recinto con una estanquidad suficiente. Esto es una lástima, ya que implica que la inversión realizada en PCI, en sistemas muchas veces bien diseñados, bien ejecutados, y con buenas calidades de materiales, se ha tirado por la borda por el simple hecho de no haber considerado la realización de una prueba sencilla y económica que habría detectado, en su caso, una problemática de falta de estanquidad en la sala.

Acciones divulgativas de la prueba

Desde Cepreven llevamos bastantes años insistiendo en la importancia de realizar esta prueba. Lo primero que hicimos fue apostar con fuerza por su popularización, con acciones divulgativas, y facilitar su realización adquiriendo los equipos y formando a técnicos para la realización de esta prueba con un importe realmente ajustado a su contenido, para que en caso de que se decidiera no hacer la prueba, no fuera por un condicionante económico.

A través de los instaladores, intentamos que la realización de la misma fuera un concepto más entre los ofertados para cualquier nueva instalación de extinción. Y a través de los mantenedores, incidimos en la información del usuario final en caso de no haberse realizado esta prueba.

Ahora, con la entrada en vigor del nuevo RIPCI, RD 513/2017, una de las tareas a realizar anualmente por el mantenedor en los sistemas fijos de inundación total por gas, es «revisar la estanquidad de la sala protegida en las condiciones de descarga». Esto implica la realización de la prueba DFT ya que una simple inspección visual no es suficiente para determinar si una sala alcanza el tiempo de permanencia de 10 minutos. La prueba, por tanto, pasa a ser obligatoria. De esta manera se conseguirá por la vía reglamentaria lo que no se ha conseguido por la vía de concienciación. Es triste, pero en este país somos así. Al menos, si se hace y se hace bien redundará en el incremento de la seguridad, que es lo que en definitiva perseguimos todos

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