«Nuestra estructura de seguridad está prevista para garantizar la continuidad del negocio, la seguridad de las personas, la protección de los activos patrimoniales y la información tratada en los sistemas informáticos de la entidad», esta es la base sobre la que se organiza la seguridad de EvoBanco, en palabras de su director de Seguridad, Andrés Martín Ludeña, quien a lo largo de esta entrevista hace hincapié en que la nueva Ley de Seguridad Privada es muy válida y «que el futuro desarrollo reglamentario la perfeccionará hasta hacerla una pieza muy relevante del ordenamiento legal».
—Tras su incorporación como director de Seguridad de EvoBanco, ¿cuáles son sus principales funciones?, ¿qué objetivos se ha marcado ante esta nueva etapa profesional?
—El mapa de funciones de un director de Seguridad viene claramente descrito en la nueva Ley de Seguridad Privada. En mi opinión, los dioses nos han castigado dándonos a los directores en ejercicio todo lo que habíamos pedido. Por ello pienso que nos enfrentamos a un reto profesional tremendo, en el que el factor tiempo juega en nuestra contra, ya que desde el pasado día 5 de junio–fecha que puso en vigor la ley– estamos asumiendo funcionalidades que hasta hace bien poco eran ejercidas en las organizaciones de gran tamaño por terceros de manera independiente, no siempre bien coordinada con el departamento de Seguridad.
La exigencia profesional nos obliga a un gran esfuerzo de aprendizaje en materias de extenso control y gran calado. Este pensum académico es tan extenso que viene a poner de manifiesto la necesidad urgente de la creación de estudios universitarios de grado y de postgrado, que doten a los directores de Seguridad de los conocimientos técnicos que fortalezcan su liderazgo en la lucha contra las amenazas que atenacen a su organización.
—A grandes rasgos, ¿cómo se organiza la seguridad de EvoBancoInteligente, donde este elemento es una de sus grandes prioridades?
—EvoBanco nace el pasado mes de noviembre, su juventud pone de manifiesto que estamos en pleno proceso organizativo, circunstancia que no impide dedicar buena parte de nuestra jornada profesional al día a día. El modelo que buscamos estará maduro en el último trimestre del presente año y, como es lógico, no se puede alejar a lo descrito para los departamentos de Seguridad en la estrategia nacional de seguridad desarrollada en la ley y el reglamento de las infraestructuras críticas, en la nueva Ley de la Seguridad Privada y en el reglamento que en la actualidad se elabora cumpliendo con el mandato dado al Secretario de Estado de Interior por el Congreso de los Diputados al aprobar la citada ley.
Es evidente que nuestra estructura de seguridad está prevista para garantizar la continuidad del negocio, la seguridad de las personas, la protección de los activos patrimoniales y la información tratada en los sistemas informáticos de la entidad.
—Hacia dónde cree que debe evolucionar el sector de la Seguridad Privada, ante la situación de incertidumbre económica por la que atraviesa el país, y cuáles serían, hoy en día, los elementos fundamentales en los que debería apoyarse en un futuro?
—Soy muy optimista con respecto al futuro de los profesionales del sector de Seguridad Privada, de las empresas de seguridad y del sector en su conjunto.
España goza de unos niveles de seguridad envidiables, en buena parte por la labor silente que durante los últimos 20 años ha venido realizando la Seguridad Privada. No lo digo yo, es una verdad reconocida socialmente y puesta en boca de todos los actores políticos, empresariales, ciudadanos y sociales que profundizan en el éxito del modelo.
La crisis, no voy a negarlo, ha sido y continúa siendo muy severa y se ha ensañado con todos los sectores productivos y de servicios nacionales, el de seguridad privada ha visto desaparecer multitud de empresas y ha perdido miles de puestos de trabajo.
Dicho todo lo anterior, creo que están sentadas las bases para volver a crecer en cuanto se reactive la economía y que la Seguridad Privada española saldrá muy reforzada con el esfuerzo colectivo y con el apoyo de un marco regulador novedoso y preclaro.
–Tras la entrada en vigor el pasado 5 de junio la nueva Ley de Seguridad Privada, ¿qué valoración general haría de la misma? ¿y de su aplicación al ámbito de la seguridad bancaria?
—La ley ya está en vigor, no voy a perder ni un segundo en hacer crítica de ella. Creo que es una ley muy válida y que el futuro desarrollo reglamentario la perfeccionará hasta hacerla una pieza muy relevante del ordenamiento legal.
Los bancos, como sujetos obligados, ante este nuevo escenario normativo, tienen el reto de liderar el cambio y aportar su mejor expertis y buenas prácticas consolidadas durante años a terceros sectores que aparecerán como nuevos sujetos obligados en el reglamento que se elabora.
Es un nuevo escenario, nos toca reinventarnos, convencernos de que la ley no es el punto de llegada en nuestras funciones y ser capaces de convertirlas en el punto de partida. Ello posibilitará dotar a nuestras empresas de excelentes niveles de seguridad.
–¿Cree que los usuarios de las entidades bancarias valoran las medidas de seguridad implantadas o, sin embargo, se trata de un hecho que pasa desapercibido?
—Los directores de Seguridad debemos hacer de la necesidad virtud y saber combinar la disuasión con la invisibilidad de unas u otras medidas.
No podemos ser invasivos ni crear sensación de espacios hipervigilados e hiperprotegidos. Por ello a la hora de diseñar los sistemas de protección tenemos que ser extremadamente cuidadosos en ello. A mi entender, el equilibrio debe permitirnos que la mayoría de las medidas de seguridad y de los procedimientos de seguridad pasen totalmente desapercibidos para el ciudadano.
—Desde un punto de vista profesional, ¿cuál cree que es actualmente el nivel de seguridad de las entidades bancarias en nuestro país, en relación con Europa?
—Estoy convencido de que el nivel de seguridad de las entidades financieras españolas es igual o superior al de otras entidades europeas, americanas o asiáticas. En muchos casos somos modelo de buenas prácticas que las compañías aseguradoras han copiado para exigir a sus clientes internacionales que las lleven a la realidad, buscando con ellos un abaratamiento de las pólizas de seguros al uso.
–¿Cree que las grandes corporaciones financieras siguen apostando actualmente por la inversión en Seguridad?
—Sin duda, tanto el gasto como la inversión en seguridad actual se mantienen. Si bien es cierto que, ha existido un cierto parón motivado por las expectativas levantadas por el nuevo desarrollo normativo. Todos estamos expectantes y a la espera de la publicación del nuevo Reglamento de Seguridad Privada, ya que explicitará todo el catálogo de medidas exigidas.
—Hoy en día, el sector apuesta por la convergencia de la seguridad, como un concepto integral, ¿cree que las grandes corporaciones financieras están preparadas para asumir este nuevo tipo de concepto?
—Mi opinión cuenta poco al respecto, ya que nos viene dado el nuevo marco normativo. Por ello, debemos trabajar para que en el menor tiempo posible adecuemos la estructura de seguridad de la entidad a las exigencias normativas.
De no hacerlo nos enfrentamos a la posibilidad legal de graves sanciones y, lo que es aún peor, a la posibilidad cierta de que las compañías aseguradoras se nieguen a cubrir los siniestros acaecidos con la excusa del incumplimiento legal.●
Texto: Gemma G. Juanes.
Fotos: EVO BANCA INTELIGENTE
PIES DE FOTO
1.- Andrés Martín Ludeña. Director de Seguridad de EvoBanco.
2.-Instalación de Evo Banco.
3.-Martín Ludeña se muestra muy optimista con respecto a los profesionales del sector de la seguridad privada.