El sector de Protección contra Incendios, como la mayor parte de áreas de actividad de la economía española, está padeciendo las consecuencias de la desaceleración de la economía mundial, lo que incide en la disminución de la demanda, no sólo interna, sino también del volumen de las exportaciones españolas, objetivo en el que se ha estado centrando la economía nacional y, por ende, el sector de Seguridad contra Incendios, en cuya búsqueda de nuevos mercados, las empresas llevan realizando una fuerte inversión, y reorganización interna.
Autor: Rafael Sarasola. Presidente de Tecnifuego-Aespi
Además, sectorialmente nos encontramos con dificultades específicas, como son el retraso en la aprobación de la revisión del nuevo RIPCI, tan necesario en estos momentos; la necesidad de un mayor control e inspección de las instalaciones en los edificios por parte de las administraciones, que frene las malas prácticas y productos que no cumplen con la legislación; y la existencia de una normativa a veces ambigua en la que la disyuntiva entre calidad y precio puede crear un caldo de cultivo para los «oportunistas».
Ante este panorama, Tecnifuego-Aespi trabaja buscando nuevos mecanismos para llegar adonde las empresas no pueden llegar, fomentando la colaboración con las instituciones, liderando grupos de trabajo, nacionales e internacionales, y fijando novedosos criterios basados en unos objetivos claros, que contribuyan a la recuperación del sector.
Así, uno de estos objetivos es preservar la calidad y, por tanto, la seguridad, ya que se trata de dos conceptos ineludiblemente unidos, sin calidad no hay seguridad y viceversa.
En este sentido, Tecnifuego-Aespi está liderando un movimiento que, por un lado, preserve la seguridad de las personas y, por otro, dignifique el buen hacer profesional de las empresas, distinguiendo claramente las prácticas legales, correctas y adecuadas, de las ilegales, incorrectas e inadecuadas. Para ello, desde hace un año se han intensificado las acciones del Comité de Ética de la Asociación, que promueve las buenas prácticas y denuncia las que atentan contra la legalidad, y por tanto contra la seguridad. Pero para obtener resultados más rápidos, eficaces y duraderos el sector de Seguridad contra Incendios necesita el apoyo de las administraciones encargadas en la inspección y control de las instalaciones para que velen por el cumplimiento de lo establecido en la legislación.
En estos tiempos en que la crisis económica que se padece es la más grave vivida en los últimos 50 años, donde las administraciones públicas tienen serios problemas de financiación, he aquí una forma muy válida y útil para los intereses generales y para que las CCAA obtengan unos ingresos suplementarios. Se trataría solamente de ampliar el número de inspectores y aplicar sistemáticamente la inspección y el control, en al menos el 30% de las instalaciones de protección contra incendios.
Legislación y Certificación de Producto
En España, como en los demás países europeos, existe una reglamentación que preserva la funcionalidad de los equipos de protección contra incendios en beneficio de la seguridad de los ciudadanos. Esto se plasma en la exigencia del cumplimiento del Código Técnico de la Edificación (CTE), los Reglamentos de Industria, el de Seguridad Contra Incendios en los Establecimientos Industriales (RSCIEI) y el de Instalaciones de Protección contra Incendios (RIPCI); y los correspondientes certificados que garanticen la adecuación del producto a la legislación vigente.
Así, los distintos equipos (extintores, bocas de incendio equipadas, hidrantes, racores, rociadores, detectores, puertas cortafuego, extractores de humo, protecciones de compartimentación y estructurales, sistemas de alarma, señalización, vidrios cortafuego, etc.) deben obtener de los Organismos Notificados los correspondientes certificados de garantía de sus fabricados o comercializaciones. Los certificados de garantía, pueden ser: de conformidad a normas (marcado CE), de marca de calidad o de conformidad a ensayo de laboratorio, en función del tipo de producto.
En la última revisión del CTE (RD 173/2010, de 19 de febrero), los cambios más significativos se deben a aspectos relacionados con la certificación de los sistemas (complejos y no convencionales de PCI deben ampararse en una certificación de su idoneidad técnica basada en una evaluación de los componentes, características y prestaciones), la evacuación, la sectorización, el mantenimiento (se exige el mantenimiento de las puertas cortafuego, siguiendo las indicaciones de los fabricantes), y la dotación de instalaciones de protección contra incendios.
Otro tema que se espera con especial interés, es la actualización del RIPCI, un Reglamento que se publicó en 1993, y que necesita una revisión urgente. En la revisión de este proyecto, a solicitud del Ministerio han participado, entre otros, grupos de trabajo de los distintos Comités de Tecnifuego-Aespi. En el último borrador hecho público, se incluyen aspectos tan fundamentales como la obligatoriedad de Marcado CE para los sistemas que vayan por la vía DITE; se consideran los productos innovadores o no tradicionales que queden fuera de las Normas o DITES permitiendo su instalación siempre que haya una evaluación técnica favorable de su idoneidad, realizada por organismos autorizados que deberán seguir criterios de imparcialidad, objetividad, transparencia y experiencia contrastada. El reconocimiento mutuo de productos fabricados tanto en la Unión Europea como en otros países, también está contemplado, incluyendo aquellos que tengan un acuerdo de asociación Aduanera con la Comunidad Europea. Además, el Ministerio sigue dando especial relevancia de control de productos para verificar que se adecuan a los requisitos reglamentarios. Este proceso es básico para combatir la presencia en el mercado español de productos no preparados para el uso en protección contra incendios por tener carencias o por no cumplir determinados requisitos. Por último, debemos destacar del nuevo RIPCI el tratamiento especial a las empresas instaladoras y/o mantenedoras.
No podemos olvidar que nuestra actividad tiene estrecha relación con la seguridad de personas y bienes, y en caso de incendio, equipos que no han pasado los requisitos legales no garantizan la operatividad y eficacia.
*Para ampliar consultas sobre documentos técnicos: www.tecnifuego-aespi.org