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Preservar la seguridad laboral en tiempos de crisis

La seguridad y la salud laboral han sido unas de las principales conquistas de los países desarrollados. Nuestro país no ha sido una excepción y desde todos los sectores se reconocen los importantes avances que se han producido en este campo. La grave crisis económica que atravesamos no debería ser una excusa para disminuir estos logros, sino una nueva oportunidad para seguir promoviéndolos.

Autor: Luis del Corral. Presidente de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Personal. ASEPAL

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Luis del Corral. Presidente de ASEPAL

 

España ha sido uno de los países más afectados por la recesión, la pérdida de empleo y la disminución del número de empresas. En estas circunstancias, las medidas de prevención pueden verse amenazadas por la idea errónea de que también se puede ahorrar en seguridad. Y esta idea es equivocada no sólo porque la puesta en marcha de todas las medidas necesarias para proteger la salud y la vida del trabajador es un deber ético, sino también porque está demostrado que la prevención es una inversión rentable.
Todos los estudios realizados por los diversos organismos nacionales e internacionales relacionados con la seguridad y la salud en el trabajo ponen de manifiesto que las empresas que invierten en prevención obtienen resultados palpables: reducción de los costes derivados del absentismo, mayor motivación del trabajador, clientes más satisfechos, mejora de la imagen de la compañía…
También hay que tener en cuenta los costes económicos directos, indirectos y sociales que suponen para un país los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, como los derivados de la pérdida de horas de trabajo, indemnizaciones a trabajadores, interrupciones de la producción y gastos médicos, que en España se estiman en alrededor de 12.000 millones de euros al año.
Por todas estas razones, y fundamentalmente por la responsabilidad compartida de salvar vidas humanas, es en estos momentos de crisis cuando se hace más necesario que ninguno de los agentes implicados en la seguridad laboral, desde la Administración a las empresas, pasando por los propios trabajadores, baje la guardia. No es aceptable jugar con la seguridad y la salud por un menor coste en equipos que se importan de terceros países, fundamentalmente asiáticos, sin certificación ni marcado CE y, por supuesto, sin garantías de protección.
Aunque haya menos empleo y las empresas se vean obligadas a realizar recortes, los trabajadores se siguen enfrentando cada día a multitud de riesgos que ponen en peligro su salud o su vida. Y esta realidad no entiende de crisis.
España, como el resto de los países de la Unión Europea, dispone de una legislación muy avanzada para garantizar la seguridad laboral. En ella se establece que las empresas tienen la obligación de hacer una evaluación de riesgos para diseñar todas las medidas de protección necesarias para prevenir los riesgos en el puesto de trabajo. Una vez tomadas las medidas de protección colectiva, cuando todavía quedan riesgos sin cubrir, el empresario debe poner a disposición de los trabajadores los equipos de protección individual (EPI) necesarios y los trabajadores tienen la obligación de usarlos.
Las empresas españolas del sector de EPI, agrupadas en ASEPAL, han alcanzado un alto nivel de desarrollo tecnológico que les permite ofrecer productos que están compitiendo con éxito en el mercado europeo y que ahora se están abriendo también a otras zonas como Europa del Este, Sudamérica y el norte de África. La inversión en I+D+i ha conseguido equipos más versátiles, que incorporan materiales inteligentes, son más ligeros, con diseños atractivos y confortables. En definitiva, más seguros, cómodos, atractivos y fáciles de usar. Además, todos están certificados de acuerdo a las normas UNE/EN, lo que garantiza que cumplen con todos los requisitos establecidos por la legislación. Este tipo de certificación es especialmente demandada en los países latinoamericanos, que están adecuando su reglamentación laboral, haciéndolo a imitación de la legislación europea por el gran sentido social que tiene y por la perfección de sus conceptos. Algunos de estos países solicitan normativa europea en los EPI o en la maquinaria que adquieren.
También somos conscientes de que la formación es determinante en materia de seguridad y por eso incluimos entre nuestros servicios el asesoramiento técnico a los empresarios y a los trabajadores, para que sepan cómo elegir y usar el equipo más adecuado para cada riesgo.
El sector de los EPI afronta el futuro tratando de adelantarse a las necesidades de protección de las nuevas formas de producción y ofreciendo a los empresarios las respuestas que necesitan. Y también contribuyendo a que éstos tomen conciencia de que la inversión en equipos certificados es rentable, no sólo porque tienen mayor vida útil que los que no reúnen estas características, sino también y sobre todo porque son los únicos que garantizan la seguridad de los trabajadores.

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